
Santiago, Chile, 09/05/2025 (SPS).- Esta mañana, desde la capital chilena, alrededor de treinta asociaciones y organizaciones de la sociedad civil, entre comités de amistad y solidaridad con el pueblo saharaui y organizaciones de derechos humanos de catorce países latinoamericanos y caribeños condenaron firmemente la candidatura de la señora Amina Bouayach al Premio Nelson Rolihlahla Mandela de las Naciones Unidas, por considerarla improcedente y contraria a los objetivos de este galardón que honra la memoria del presidente sudafricano Nelson Mandela.
La candidata originaria de Tetuán, Marruecos, ostenta el cargo de presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), nombramiento otorgado por el rey Mohammed VI, y se ha desempeñado como embajadora del Reino de Marruecos en Suecia y Letonia.
“Durante años hemos seguido de manera rigurosa y sistemática las acciones e inacciones del CNDH, especialmente en relación con las graves violaciones de derechos humanos cometidas en el Sáhara Occidental. Bajo el liderazgo de la Sra. Bouayach, este organismo no sólo ha fallado en su misión de proteger los derechos humanos, sino que se ha convertido en una herramienta de encubrimiento político de los abusos del régimen marroquí, en particular contra los presos políticos saharauis”, sostienen las asociaciones y comités agrupados en la Plataforma Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con el Pueblo Saharaui (PLACSO).
Dieciocho asociaciones y comités de amistad y solidaridad con el pueblo saharaui, junto a once organizaciones de derechos humanos de la región, afirman que “los detenidos saharauis y, especialmente, el Grupo de Gdeim Izik, han sido víctimas de tortura, juicios injustos y detenciones arbitrarias”.
“A pesar de las numerosas denuncias presentadas al propio CNDH, nunca se ha iniciado una investigación seria ni se ha ofrecido protección o reparación. Por el contrario, el Consejo ha respaldado públicamente la supuesta legalidad de unos procesos judiciales ampliamente condenados a nivel internacional”, aseveran.
PLACSO y las organizaciones de derechos humanos argumentan que varios de estos casos de tortura han sido evaluados por el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, que concluyó que hubo tortura y exigió reparaciones, así como por el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria que ha determinado que el encarcelamiento del Grupo de Gdeim Izik y de otros saharauis es arbitrario y contrario al derecho internacional.
Marruecos, a los ojos de estos procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha optado por ignorar estas decisiones, denuncian.
Las organizaciones también aseveran que no hablan desde la intuición sino desde la experiencia directa y un seguimiento continuo, por lo que la Sra. Amina Bouayach no merece en ningún caso ver su nombre vinculado al de Nelson Mandela.
Su trayectoria, dicen PLACSO y las organizaciones de derechos humanos, no representa ni la valentía, ni el compromiso, ni la integridad que este premio simboliza.
Solicitamos, por tanto, al Comité de Concesión del Premio Nelson Rolihlahla Mandela de las Naciones Unidas que no permita que el legado de este líder sudafricano y global -símbolo de resistencia, justicia y libertad- sea instrumentalizado para legitimar a quien ha contribuido, por acción u omisión, a silenciar a las víctimas del régimen, concluyeron las organizaciones en una carta abierta dirigida al presidente de la Asamblea General, embajador Philemon Yang, y a los miembros del comité responsable de la concesión del mencionado reconocimiento honorífico.-