Nueva York (Naciones Unidas)-. Pakistán reafirmó ayer, en la sede de la ONU en Nueva York, su compromiso inquebrantable con el principio de libre determinación en su explicación de voto sobre la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que renueva el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO).
Tras la votación, el embajador Asim Iftikhar Ahmad, representante permanente de Pakistán ante las Naciones Unidas, declaró que su país se abstuvo en la resolución para mantenerse fiel a su “posición de principios y de larga data sobre la cuestión del Sáhara Occidental”, una posición arraigada en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.
“Nuestra posición sobre este tema siempre se ha basado en las resoluciones del Consejo de Seguridad adoptadas a lo largo de los años”, declaró el embajador Ahmad, haciendo hincapié en que el enfoque de Pakistán “no se reflejó adecuadamente en la resolución que actualmente se encuentra ante el Consejo, la cual contiene ciertos cambios fundamentales en comparación con las versiones anteriores”.
Si bien reconoció los esfuerzos de Estados Unidos como autoproclamado promotor de la resolución, el enviado pakistaní subrayó que su país sigue otorgando “gran importancia a la pronta solución” del problema, en particular porque involucra a “amigos con quienes compartimos lazos profundos, históricos y fraternales”.
A continuación, reafirmó la posición constante de Islamabad a favor de una solución política justa e inclusiva que garantice el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro:
“Apoyamos una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, sin condiciones previas, que garantice la realización del derecho a la libre determinación y que tenga en cuenta las posiciones de todas las partes, de conformidad con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y las recomendaciones del Secretario General de las Naciones Unidas y su Enviado Personal.”
El embajador Ahmad expresó su preocupación porque la resolución adoptada “no aborda plenamente estos importantes principios”, advirtiendo que siguen siendo “vitales para facilitar una solución mutuamente aceptable”.
Reafirmando la convicción de Pakistán en el carácter universal del derecho a la autodeterminación, declaró:
“Para nosotros, el principio fundamental de la libre determinación, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y fundamentado en el derecho internacional, es y siempre será sacrosanto e inviolable. Constituye el fundamento mismo del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, basado en la Carta de las Naciones Unidas.”
El diplomático paquistaní señaló que, a pesar de las múltiples rondas de negociaciones sobre el borrador, el texto final no logró corregir su “desequilibrio fundamental”.
“El principio fundamental de que el pueblo del Sáhara Occidental debe determinar su propio futuro mediante la expresión de su voluntad ha sido reiterado sistemáticamente por las Naciones Unidas”, afirmó, subrayando que su delegación había “abogado sistemáticamente por un enfoque que generara consenso, superara las divisiones y defendiera la equidad”.
El Embajador lamentó que la versión final de la resolución no reflejara tal carácter inclusivo y expresó su esperanza de que se reanuden los diálogos.
“Esperamos que todas las partes interesadas participen en las negociaciones con espíritu de inclusión y buena fe, sin condiciones previas, garantizando que cualquier proceso futuro refleje genuinamente las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental y goce de la confianza de todas las partes interesadas.”
“En nuestra opinión, solo un enfoque de este tipo puede ofrecer un acuerdo pacífico, justo y duradero, que siente las bases para una paz y una estabilidad sostenibles en todo el Magreb y la región del Sahel en general.”
Con esta explicación de su voto, Pakistán reafirmó su compromiso con el derecho internacional y las resoluciones de la ONU, situando el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación en el centro de cualquier solución legítima y duradera a la cuestión del Sáhara Occidental, y criticando duramente el borrador estadounidense por considerarlo desequilibrado y contrario al marco jurídico que impone este conflicto.